Avatares, talento y “turcos mecánicos”

Humanos o máquinas: ¿importa quien hace el trabajo? El humor negro de Amazon nos da una pista.

La campaña “avatar interview” de DDB para McDonald’s Colombia me tiene pensando hace unos días.

Me encanta la idea: si te presentas a una entrevista de trabajo con tu avatar te van a elegir (o descartar) únicamente por tu talento, no por tu edad, color de piel u otras características físicas.

El video de presentación me hizo dudar: es artificial, libreteado y poco creíble – pensado para premios, diría uno. Pero después fui a la página de McDonald’s y efectivamente está al aire como herramienta de selección: genial.

Espero que la empresa nos comparta los resultados, positivos (seguro lo harán) o negativos (más difícil). De antemano, aplaudo la intención y la mirada al futuro del departamento de talento y de su agencia: hay que explorar la identidad en sus nuevos formatos digitales.

No, no es el nuevo uniforme de McDonald’s - es un avatar (y el de arriba es el entrevistador)

¿Contratarías a alguien sin haberla visto jamás?

El simple hecho de que nos cuestionemos significa que avanzamos muchos pasos hacia el “sí”.

Hace unos 20 años la simple pregunta hubiera sido ridícula. Hoy, después de una pandemia y con altos porcentajes de trabajo remoto, ya nos la tomamos en serio.

A mí me han contratado exclusivamente por correo/whatsapp: he tenido la suerte de obtener un keynote o un workshop exclusivamente sobre la base de mis credenciales digitales. Sé que no soy un caso típico: mis clientes pueden ver muchas presentaciones mías en línea, tienen acceso a mi LinkedIn y saben quien va a llegar al evento y (más o menos) que voy a hacer.

Como empleador no he llegado tan lejos: he contratado a alguien sin vernos en persona (sí por videollamada) pero no he tenido la experiencia de guiarme por la sola voz, intercambio de mensajes o pruebas. Siempre ha habido un elemento visual, de “mirarnos a los ojos”, de “percibir la energía” del otro.

Uso las comillas porque me doy cuenta que esas son cosas del pasado.

En pocos años, no habrá manera de saber quien realmente estará del otro lado del  Zoom. Podremos generar apariencias alternativas en tiempo real, modificar nuestra voz o incluso dejar que sea una inteligencia artificial que responda por nosotros.

O -y es más probable- no nos va a importar realmente quien está del otro lado. ¿Un ser humano? ¿Otro? ¿Otro cualquiera? ¿O una máquina? Lo que importa es que haga el trabajo, cumpliendo los tiempos y costos pactados.

Si queremos imaginarnos ese futuro basta mirar a Amazon Mechanical Turk. Es un “marketplace” de “crowdsourcing”, un intermediario entre empresas que tienen tareas que ejecutar y personas que pueden hacerlo (“una fuerza de trabajo bajo demanda, global, y disponible 24/7”).

Cómo “empleador”, en la plataforma defines un HIT (Human Intelligence Task) y lo publicas para ver quien se le mide.

Los “empleados” se loguean y toman los “HITs” que quieren. “Todavía hay muchas cosas que los humanos podemos hacer mejor que las máquinas”, nos informa optimísticamente Amazon

Todavía no estoy seguro si acrónimo y descripción son irónicos o no… Lo más probable es que haya algún sentido de humor negro en alguna parte, especialmente si consideramos de donde viene el nombre del servicio.

El turco mecánico (máquina) y el humano en su interior

El Mechanical Turk original era un automa del siglo XVIII, una máquina que representaba un turco jugando ajedrez. El robot estaba supuestamente programado para jugar; en realidad, ocultaba un jugador humano en su interior.

El humano trabaja, pero tú ves la máquina: un poco como el servicio de Amazon.