Muchos celebraron ayer el lanzamiento de las gafas VR de Apple; pero en un lugar inesperado la fiesta siguió hasta la madrugada…
Como previsto, ayer 5 de junio Apple presentó sus gafas de Realidad Virtual, las Vision Pro. La última nueva categoría de hardware a la cual entró Apple fue la de relojes inteligentes, en 2015; ahora -8 años después- es el turno de la “computación espacial”.

El CEO Tim Cook y las miles de personas que llevan años trabajando secretamente en el proyecto celebraron el lanzamiento: me imagino que deben haber estado varias veces a punto de suspenderlo, vistos los altibajos de la economía en general y del metaverso en particular.
Miles de desarrolladores XR en todo el mundo también destaparon su buena champaña, felices de tener una nueva plataforma a disposición para ofrecer aplicaciones y servicios.
Pero quien organizó la fiesta más grande fue sin duda Mark Zuckerberg. Su visión de un futuro digital inmersivo fue validada ni más ni menos que por la empresa más valiosa del mundo.
Me imagino las lágrimas de alegría de la primera línea de Meta: “¡Ya no estamos solos! ¡¡Gracias Tim!!”. Convencer a Wall Street resulta mucho más fácil si compartes visión con la marca que firmó el producto más exitoso de la historia (el iPhone).
Pero no acaba ahí: las gafas de Apple van a costar 3,500 dólares, mientras que las nuevas Meta Quest 3 (anunciadas tácticamente unos días antes) valen siete veces menos: nunca antes 500 dólares se habían parecido tanto a una ganga. De nuevo gracias, Tim.

Ojo: la Vision Pro son técnicamente superiores a las Quest 3 y vienen integradas en el ecosistema hardware y software de la manzana. Seguramente valen lo que cuestan.
Pero también vienen con una batería externa (!) y por más aluminio que tengan no son taaaan diferentes en lo estético: tal vez el más lindo de los visores VR pero un visor VR al fin y al cabo. ¿Y les mencioné que valen 3,500 dólares?
Para entender la jugada de Apple hay que mirar al futuro. Al menos 5 años.
El público objetivo de este producto son los early adopters y los fanboys de la marca pero sobre todo los desarrolladores: sabiendo que Apple va en serio se dedicarán a crear más experiencias para el nuevo “spatial computing”.
En un par de años veremos novedades mágicas, justo a tiempo para la Vision Pro 2 (o las Vision sin Pro, más baratas y asequibles). Es el playbook de la innovación: así se hace.
Mientras tanto Meta tendrá tiempo de ir desarrollando su visión de “base de la pirámide”, empezando por los juegos y el fitness.
Se perfila una carrera similar a la telefonía móvil de hoy: Apple tiene una penetración baja pero en el mercado más jugoso; Android es líder global pero sus grandes números no generan ganancias.
Si este mismo escenario se replicara en la internet inmersiva (con Meta en el lugar de Google/Android) sería un éxito extraordinario para Apple -capaz de surfear todas las olas de la computación- y para Meta – finalmente libre del yugo de los gatekeepers web 2.0 y con plataforma propia.
¡Vaya espaldarazo!