Geopolítica, alianzas, patentes y fábricas de avanzada: el camino a la inmersión presenta muchos retos, pero el “efecto Apple” hace que muchos grandes sigan en la carrera.
Hace pocas semanas Apple presentó las Vision Pro, su apuesta por redefinir y finalmente conquistar la “computación espacial”.
La movida ha refrescado el interés en la Inmersión, una de las tres fuerzas en acción que nos están llevando a la nueva encarnación de internet (llámala metaverso, omniverso o como quieras pero no te olvides que es la principal pretendiente al trono del smartphone, el rey de la tecnología personal en las últimas dos décadas y la puerta de acceso al mundo digital para media humanidad).
Meta ha sido la primera beneficiaria de este renovado interés: los que se reían de las inversiones en los Reality Labs ahora miran desconcertados las acciones de la compañía triplicando de valor desde los mínimos de noviembre del 2022 (Gracias Tim).
Otra empresa que ha vuelto a concentrar la atención es Magic Leap, que desde su propio nombre sugiere un cambio de paradigma: el “salto mágico”.
Muchos la llaman start up, pero resulta engañoso: fue fundada en 2010, ha recibido miles de millones de dólares en funding y ya va en la segunda generación de su producto estrella – qué también se llama Magic Leap (con el 2 al final).

Las Magic Leap 2 son gafas de realidad aumentada: puedes mirar a través de los lentes y la gente puede ver tus ojos. A diferencia de los normales anteojos agregan una “capa” de información digital a lo que ves: “aumentan” la realidad.
En este sentido son muy diferentes a las Vision Pro (que no son transparentes y deben recrear el mundo exterior en sus pantallas) y se acercan más a las Hololens de Microsoft (que también son gafas gafas).
Este camino “analógico” a la Realidad Aumentada tiene una gran ventaja y una desventaja.
La ventaja es que apunta directamente al futuro.
La desventaja es que a ese futuro faltan muchos años y seguimos en un presente imperfecto.
El futuro: gafas livianas y potentes, que sustituyen todas nuestra pantallas y tornan redundante el teléfono móvil.
El presente imperfecto: tecnología incipiente, gafas que terminan siendo demasiado “geek” y FoV muy limitado.
Este término técnico (Field of Vision, literalmente “campo visual”) significa que la porción “aumentada” de la realidad no se extiende a todo lo que ves sino que se limita a una porción – y cuanto más limitada esta porción menos mágica (y útil) resulta la experiencia, ya que la capa digital ya no se ve si miras de lado.
El reto tecnológico de aumentar el “campo visual” es enorme: hay avances importantes (por ejemplo: la mejora frente a las Magic Leap 1 es impactante) y miles de ingenieros enfocados (en Apple, Google, Microsoft y Meta, para mencionar sólo los más adinerados), pero los resultados todavía no permiten acercarse al consumidor final.
Esto explica por qué Apple vende realidad aumentada pero en realidad ofrece realidad virtual con “pass through” (o sea con cámaras que capturan el mundo exterior y lo recrean en el visor): le permite entregar una experiencia más… mágica (o -cómo diría un ingeniero- con más FoV).
Y explica también por qué las Magic Leap 2 (ML2) están enfocadas en el mercado profesional. Su “target” son tres sectores -salud, manufactura y público- que tienen las necesidades y los recursos para pagar lo mejor (la increíble liviandad de las ML2 -menos de media libra- cuesta más de 3,000 USD).
Todos miran a Magic Leap: experiencia, talento y patentes de sobra
Hace semanas suena que Meta estaría en conversaciones, detrás de dos “tesoros” de Magic Leap:
- Innumerables patentes inmersivas y
- Capacidad de manufactura fuera de China.
Las patentes no necesitan explicación: IP, IP, IP es el “location, location, location” de los restaurantes. Meta sabe que las necesita, porque lleva años investigando y produciendo por su parte (basta mirar Project Aria y su “egocentric video” – apoyado entre otras por la Universidad de los Andes en Colombia).

Cuanto a la geopolítica del supply chain, las tensiones de los últimos años con China han puesto a todas las grandes empresas a buscar alternativas: tener toda tu capacidad de producción allá pronto será visto como un problema.
Magic Leap desde 2019 ha activado su producción en México. A través de una alianza con Jabil se ha hecho con una avanzada planta en Guadalajara, con el entramado de talento, proveedores y logística que sostienen un asset como ese: todos críticos para enfrentar las décadas que vienen para cualquier empresa que quiera producir hardware por decenas de millones (cómo está en los planes de Zuckerberg).
Google también ha puesto sus ojos en el unicornio de la AR: fue uno de los primeros inversionistas, liderando una ronda en 2014 – justo cuando estaban trabajando por su parte en las no tan exitosas Google Glass.
(Ya que hablamos de inversiones en Magic Leap, vale subrayar que el accionista mayoritario hoy es el Public Investment Fund de Arabia Saudí – la geopolítica sale por la puerta pero entra por la ventana…)
No podía faltar Microsoft, presente por partida doble:
- Cómo competidor número uno – sus Hololens 2 son las únicas “grandes” que proponen el mismo camino de las ML2 (lentes transparentes, foco en el mundo empresarial y precios altos);
- Cómo potencial aliado, ayudado por el hecho que la CTO Julie Larson-Green y la CEO Peggy Johnson vienen de altos cargos en la misma Microsoft…

O tal vez debí haber dicho “por partida triple”, ya que sospecho que el gigante de Seattle está tratando de completar un triángulo estratégico con Meta en la otra extremidad: una alianza Meta + Magic Leap convencería a Satya Nadella a abandonar su proyecto HoloLens por una participación (aclaro que no tengo ningún conocimiento más allá de lo que leo/investigo/converso en la industria – ni más faltaba).
“Apple, hazte a un lado: el Spatial Computing es cosa mía”
Bien podría Magic Leap decir esto: lleva años hablando del Spatial Computing y al menos cinco en el mercado con su solución.
Igual, no importa tanto: finalmente los caminos que eligieron son muy diferentes (etiqueta a parte):
- Apple se fue por el visor VR con un excelente passthrough;
- Magic Leap optó por el camino más difícil (gafas con lentes transparentes), apostándole al futuro ideal – por lejano que sea.
Las gafas son la única tecnología que nos sentimos cómodos de llevar en la cara. Esto es un hecho.
Los audífonos ya los absorbimos, pero es otra cosa: no nos tapan los ojos (y eso que los Airpods han generado sus buenas dudas en el lanzamiento, con su mini probóscide de plástico blanco).
Es por esto que Magic Leap interesa tanto: lleva 10 años acumulando conocimiento en el área estratégica más interesante – el interfaz natural del verdadero wearable computing.