“Esas basuras de chatbots psicópatas no son totalmente malos”

La frase no es mía. La elegí para abrir este envío por razones que quedarán claras más adelante. Por ahora, empecemos por el principio: ¿qué siente la gente frente a la IA?

Muchas empresas están definiendo sus próximos pasos frente a la inteligencia artificial. En esas decisiones -complejas y de alto impacto- debe entrar una consideración clave: qué siente la gente frente al tema.

Por ejemplo: eres una marca de largo consumo y estás pensando poner a una IA de protagonista de tu próxima campaña publicitaria.

La «gente” relevante para ti en este caso es tu público objetivo: ¿cómo recibirá esa decisión? ¿Se sentirá cómoda o incómoda? ¿Divertida o asustada?

O tal vez seas un departamento de Talento Humano y estés preparando una iniciativa interna de acercamiento a herramientas de IA.

En este caso la «gente” son tus empleados: ¿Qué lectura le darán a la iniciativa? ¿Cómo evaluarán el impacto de ella sobre su futuro?

Hoy puede parecer un escenario limitado a pocos pioneros, pero pronto todos estaremos ahí: sujetos activos o pasivos de una implementación parecida.

Prompt: Qué siente realmente la gente frente a la Inteligencia Artificial (MidJourney)

Intuitivamente todos sabemos que en cualquier comunicación conocer al receptor es clave: nos permite anticipar cómo decodificará nuestro mensaje y adaptarlo en consecuencia.

Pero a veces caemos víctimas del “falso consenso” y proyectamos nuestro entusiasmo o escepticismo sobre los demás: “todos entienden que debemos usar la IA en la empresa” o “¿a quien no le va a parecer divertido un gatito bot?”.

Antes de lanzarte al agua vale la pena que averigües. Es posible que tu «target» vea las cosas de otra manera.

Las increíbles portadas del Daily Star de Inglaterra (y una del Financial Times no menos sorpresiva)

Pensé en todo esto después de haber visto la manera cómo un conocido tabloide inglés venía hablando del tema.

Miren por ejemplo la portada del 4 de octubre pasado:

Sigue traducción, naturalmente - pero todos reconocimos a Terminator, ¿no?

“Finalmente buenas noticias sobre nuestros amigos los computadores malvados”, empieza. Y sigue “Esas basuras de chatbots psicópatas no son totalmente malos” (explicado el origen de la frase).

La letra chiquita al fondo recita: “Un hombre de negocios dice que los cerebrotes tramposos harán que vivamos hasta los 100 años y nos permitirán trabajar 3 días por semana*” (y el asterisco concluye: “*siempre y cuando antes no nos maten a todos.”)

¿Qué tal?

El artículo se refiere a las declaraciones de Jamie Dimon, Chairman y CEO de JP Morgan -el banco más grande del mundo- que efectivamente habla de semana corta, de derrotar el cáncer y de los trabajos que se van a perder con la IA (“ya nos hace todo el equity hedging”, suelta casi sin pensarlo). Sin duda una fuente relevante.

Para entender el tratamiento que le da a la noticia, considera que el Daily Star es un “tabloide” – “Prensa popular” o “amarillista” – un periódico que tal vez tú (o alguien cómo tú) normalmente no leería.

Pero este es justamente el punto: lo más difícil (e importante) es explorar cómo piensan y qué sienten los que no son cómo tú.

Especialmente si son un montón: estimo que el Daily Star tiene más circulación que The Guardian (digo “estimo” porque hace un par de años este último decidió mantener confidenciales los datos de su edición impresa).

Y no es solo una cuestión de escala: muchas veces estas publicaciones se pueden permitir un lenguaje más cercano, más directo. Los mismos conceptos los podemos encontrar algo disfrazados en sus primos más “chic”.

Mira por ejemplo el titular del Financial Times del 3 de mayo de este año:

“La IA reclama su primera cabellera con la caída de las acciones del sector educativo”

Aquí la imagen evocada no es la de Terminator: es peor.

La referencia es al “escalpamiento”, la costumbre histórica de algunas poblaciones nativas norteamericanas de arrancar el cuero cabelludo de sus enemigos para exhibirlo como trofeo. Bastante cruento…

El episodio que mereció semejante metáfora fue la caída en bolsa de las acciones de Chegg, la empresa norteamericana dedicada a ayudar a los estudiantes con sus tareas. Después de crecer durante la pandemia, perdió más del 40% en un día por la competencia de CheatGPT (perdón, es Chat sin la «e»).

No sé qué tanto el público de este newsletter haya sido expuesto a las películas que formaron el imaginario del titulador del FT, pero la idea es más o menos esta:

¿Cuál te asusta más, este o Terminator?

Las dos portadas no se pueden comparar: son lenguajes diferentes.

Pero es evidente que para ambas la Inteligencia Artificial es mala, violenta, agresiva y asesina (en el caso del Financial Times).

Al Daily Star le podemos reconocer algo de sentido del humor, al menos: otros ejemplos aquí abajo.

La última es sobre la piña en la pizza - favorita por los “enfermos deviantes”

Podemos pensar que esta inclinación es solo de los periodistas, por primera vez amenazados. Sabios y fatalistas cuando la tecnología atacaba a la agricultura o a la industria, ahora cambian de registro cuando las máquinas se asoman a la sala de redacción.

O es posible que estén registrando una tendencia social real.

Algunas tecnologías tienen mala prensa: es mejor saberlo antes.

La ciencia ficción, el miedo, el desconocimiento -o la realidad de los hechos- a veces nos predisponen negativamente frente a una tecnología.

Lo vimos el año pasado con el estudio expedia – el primer estudio latinoamericano de las experiencias digitales avanzadas que hice con brandstrat en México, Argentina, Colombia y Perú.

Le preguntamos a más de 2,000 personas por su reacción emotiva frente a varias tecnologías y nos sorprendimos con los resultados: la Realidad Virtual y Aumentada suscitaban reacciones positivas, mientras el metaverso ocupaba el campo opuesto.

En la época fue fácil explicar la reacción negativa: la promesa de un mundo virtual no era tan atractiva después de un año de encierro e hiper-digitalización.

 

¿Cómo estaremos hoy frente a la Inteligencia Artificial?

 

Por suerte se acerca el 2024, año en el cual saldremos a campo con el segundo expedia. Pronto vamos a tomarle el pulso a las personas y averiguar qué lectura tienen de los cambios que se avecinan.

Mientras tanto, vale la pena recordar que el primer paso de una intervención a gran escala (campaña, iniciativa de RR HH, lanzamiento etcétera) es sincerarse de las actitudes de las personas: cómo mínimo permite orientar la toma de decisiones en la dirección correcta.

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