Se busca: trabajador sin cuerpo para posición remota

Cuando la “humanidad” no agrega valor, la tarea se va a asignar a una máquina. Esto tiene sentido y va a pasar – dejando abierta la pregunta sobre las consecuencias sociales.

Si eres un knowledge worker como yo y trabajas remoto, ya no necesitas un cuerpo físico para desempeñar la mayoría de tus funciones.

Sí te hacen falta tres cosas:

(a) un cerebro,

(b) internet y

(c) la conexión entre los dos.

En otras palabras: todo lo que haces lo puede hacer una Inteligencia Artificial suficientemente entrenada y afinada.

¿Leer correos y entenderlos? Check.

¿Participar de reuniones en videoconferencia? Check.

¿Sacar tareas y asignarlas a los miembros adecuados del equipo? Check.

¿Verificar su ejecución en tiempo y forma? Check.

¿Mantener informados a otros stakeholders? (¿Es en serio?) Check

¿Evaluar el performance de tus subordinados? Check.

La lista puede seguir pero la cosa se pone aburrida. El resumen ejecutivo es que llevamos décadas preparándonos para ser sustituidos por máquinas.

Así se ve el trabajador del futuro

Primero, digitalizamos todo. Nuestro trabajo genera ceros y unos y los mueve de una lado a otro.

Después, prescindimos de lo físico. No pensábamos poder hacerlo tan rápido, pero la pandemia nos obligó a saltar al vacío y encontramos tierra firme del otro lado.

Por cierto, ninguna de estas dos transiciones se completó al 100%.

Las mercancías siguen siendo físicas en su mayoría – pero como hablamos de knowledge workers, no de operarios o repartidores, esta parte del ciclo económico no nos incumbe.

También seguimos tomando decisiones importantes sobre la base de la experiencia física compartida – reuniones, almuerzos, eventos, demostraciones de producto.

La pregunta clave es: ¿Cuáles de esos “eventos físicos” necesitan de mi humanidad?

¿El Zoom donde el compañero presenta su informe de 50 slides siendo inmediatamente destrozado por la jefa? No lo necesitas tú ni las otras 12 personas con la cámara apagada.

¿La charla en la máquina del café para ponerse al día de lo último? Agradable seguro, pero no crítica para el desempeño.

No quiero desmerecer el contacto humano; quiero que nos obliguemos a identificar esas ocasiones en las que transita más que información.

Confianza, visión, emoción, convencimiento, creatividad: ¿en cuántas reuniones son estas las protagonistas? ¿En cuantas conversaciones usamos estas palancas o construimos estas bases compartidas?

Esas son las “experiencias compartidas” que vale la pena tener entre humanos – las demás deberíamos reservarlas a las máquinas.

Lo digo desde dos puntos de vista: el de las empresas y el de las personas. Las unas para obtener mayor eficiencia; las otra para asegurarse un futuro profesional interesante.

Proyectar esta lógica al futuro asusta. Hemos construido nuestra sociedad alrededor del trabajo y delegarlo en esta medida a las máquinas nos deja un enorme vacío.

El tema es que la economía de mercado nos lleva directo para allá: cada empresa va a mirar sus números y sus resultados – no el impacto social.

De este último tendremos que preocuparnos en otros ámbitos.